Como cada bebé es diferente, no todos duermen las mismas horas ni se despiertan el mismo número de veces, ni hay una edad fija en la que empiezan a “dormir de un tirón”.

¿Por qué se despiertan por la noche?

Es completamente normal que los bebés se despierten por la noche. Estos desvelos nocturnos son evolutivamente normales y es una cuestión de maduración. De forma natural van disminuyendo con la edad, alrededor de los tres años muchos niños duermen “de un tirón”.
Se sabe que la alteración de la organización diurna provoca más despertares, así como que aumentan si el niño está enfermo, ha viajado o no ha estado con sus padres...

¿Qué podemos hacer para favorecer el sueño?

Desde el principio procurad que vaya distinguiendo el día de la noche:

  • Durante el día aprovecha su vigilia para hablarle, acariciarle, mirarle a los ojos. Llévalo en brazos todo lo que quieras. Disfrutad de su contacto.
  • Por la noche procura alimentarlo en silencio, casi sin luz, intentando que se despierte lo menos posible para que os resulte más fácil a todos volver a conciliar el sueño.
  • Obsérvale para reconocer sus señales de sueño: bosteza, se frota los ojos, se toca el pelo, se queda más quieto o está irritable... Ése es el momento de llevarle a dormir.
  • Hay familias, sobre todo en el caso de bebés amamantados que optan por compartir la cama con el recién nacido. Algunas lo hacen por comodidad, otras por creer que es lo mejor para sus bebés y también quien lo hace por necesidad, porque encuentran que es la única manera de dar respuesta a las necesidades de su bebé y de poder descansar toda la familia. Esta es una opción que se ha practicado durante siglos y, todavía hoy, muchas familias lo siguen haciendo. Esta es una forma de crianza que puede ser una experiencia positiva para la familia, y que no tiene por qué ser peligrosa, siempre y cuando se tomen las medidas de seguridad para prevenir la muerte súbita del lactante.
Si lo dejamos dormir en nuestra cama ¿lo sacaremos algún día?

Hay familias que no duermen nunca con sus hijos por “miedo a hacerlos muy dependientes”. Parece que, de forma natural, los niños que comparten cama con sus padres acaban durmiendo solos. Es una cuestión de costumbres y, en todo caso, una decisión de la familia.

¿Se le puede dejar llorar para que se acostumbre a dormir solo?

No atender su llanto nocturno puede ser vivido por el bebé o el niño como rechazo o negación de sus emociones y necesidades afectivas.

¿Se puede hacer algo más para intentar que todos descansemos mejor?
  • Es conveniente que reflexionéis sobre cuánto tiempo dedicáis a estar con vuestro bebé. Vuestro hijo os necesita, y si no tiene mucho contacto de día lo buscará de noche. Hay que aumentar el contacto y la atención diurna.
  • Las rutinas diarias (no la rigidez) y los rituales en torno a la hora de acostarse favorecen la organización de los patrones de sueño. El bebé percibe que llega la hora de dormir y se prepara para ello. La mejor rutina es la presencia de mamá y papá.
  • La excesiva estimulación en las horas previas al sueño puede dificultarlo. Es aconsejable evitar la sobreestimulación.
  • Las siestas tardías dificultan la conciliación del sueño, pero el excesivo cansancio también.
  • Entre el primer y el segundo año de vida los rituales previos a acostarse les ayudan a despedirse de los padres, preparándose para el sueño, ya que les aporta seguridad.